STOSSINGER, VERENA
Al acabar la Segunda Guerra Mundial, millones de alemanes fueronexpulsados de Prusia Oriental (entre otras zonas de Europa) ydesplazados a Alemania sin posibilidad de regresar. Dado que alprincipio de la contienda el régimen nazi había utilizado la excusa de las minorías para su política expansionista, los gobiernos deposguerra juzgaron que trasladar a esas minorías era la única manerade evitar futuros conflictos. Pero aquellos que se dieron en llamarterritorios recuperados, y que se repartieron Polonia y la entoncesUnión Soviética, llevaban siglos habitados por población alemana. Eltraslado de estas personas fue brutal: a pie en los primeros meses; en trenes de mercancías y transporte de ganado después. Sufrieroninanición, agotamiento, frío extremo y un vandalismo que los despojaba de sus poquísimas pertenencias. Una periodista de la época afirmó que fue «la decisión más inhumana que tomaron nunca unos gobiernosdedicados, en teoría, a la defensa de los derechos humanos».El protagonista de esta novela, que tenía trece años cuando se produjo el gran desalojo, es uno de esos desplazados. La guerra lo ha dejado