BUEDO, CLARA
Desde el rey Salomón a Luis XV, perfumarse ha sido esencial,consustancial al ser humano, bien como símbolo de poder y estatus,bien como medicina o afrodisiaco, más allá de sus connotacionesreligiosas. Es complejo datar su origen, pero sí se puede deducir sufunción principal: el culto. El buen olor siempre ha sido lo opuestoal hedor propio de la muerte y la enfermedad. La combustión delincienso o sahumerio, perfume primitivo por excelencia, embajador dela fe, ubicuo y transcultural, demarcaba el espacio sagrado generandouna atmósfera emotiva que invitaba a elevarse más allá de laconciencia para comunicarse con lo divino. Desde el sintoísmo albudismo, del hinduismo al islam, esa inmanencia espiritual siempre fue definida por la fragancia. Esta obra pretende surcar la historiaanalizando diferentes culturas para desenmarañar sus raícesperfumadas, desde los óleos sagrados egipcios y las hedónicascomposiciones árabes e indias hasta las primeras moléculas de síntesis del XIX que impulsaron la democratización del perfume, paraeclosionar en el XX, cuando la moda se alió a la fragancia ?de autor?para sellar su comprom