JULIE OTSUKA
La familia como centro de conflictos, aflicciones, cariños y contradicciones.
Prácticamente como un personaje en sí mismo.
Los nadadores van y vienen en el agua. No saben que su rutina personal, privada y silenciosa, es una pieza fundamental de
un engranaje invisible que mantiene un equilibrio que se ve trastocado cuando una grieta aparece en el fondo de la piscina.
Ahora deberán permanecer fuera del agua, arrojados a un mundo seco donde deberán afrontar la realidad. Como Alice, quien
poco a poco está perdiendo la batalla contra la demencia y la memoria comienza a oscurecerse. El agua era el último soporte
para su mente cansada. Ahora su hija ha vuelto, a pesar de las diferencias que las han separado por tanto tiempo, tan sólo
para ser testigo del declive de Alice. La autora de Buda en el ático y Cuando el emperador era Dios, nos regala esta historia
íntima y apasionante de madres e hijas que deben afrontar el dolor de una pérdida sin remedio.