ROMERO LORENTE, KUTXI
Cuentan las malas lenguas sobre un bandolero apellidado Romero. Un viejo conocido entre los corazones canallas, los titiriteros y demás habitantes de la noche. Un tipo que profesa la religión de la sangre y de la calle, que igual se junta conángeles caídos que con juntaletras y refugiados en las barricadas del arte y de la creación. Un bandido grande y desgarbado que vive atrincherado en su Berriozar natal. Y es desde allá precisamente, desde donde escupe pensamientos y reflexiones a punta de lapicero.
seguramente a tus oídos, oh lector, hayan llegado ya sus palabras en forma de versos y canciones. Seguramente ya las hayas tarareado en incluso las hayas hecho tuyas. Pero el bandolero no se queda ahí, va más all´:también ha allanado el campo de la prosa para plantar sus pinitos de tanto en tanto.
Cuentan que cuando alquien le pide unas líneas que prolonguen su obra, se sirve una copa y piensa en una mierda bien grande con la que allanar el proyecto. Una vez defecado el compromiso, jura por todos sus muertos que será la última vez; pero con el siguiente timbrar del teléfono los juramentos serán postergados para mejor ocasión. Cuentan que incluso se ha atrevido a plantar su pinito en el campo de la novela...
Pero eso y alo irás descubrieno, lector, si te asomas a este campo abonado ya por el romero, porque el bandolero caga con frecuencia y estupendamente bien. Mierda con clase, abierta en canal y sin dobleces. Mierda de la buena.
Ya lo dijo el profeta: ¡Por su mierd le conoceréis!
Bego Loza