BEMELMANS, LUDWIG
¿Cómo era trabajar en el Ritz de Nueva
York en los años locos previos al Crac
del 29? Unas memorias gamberras
sobre la cara oculta de la hostelería de
lujo.
En estas memorias disparatadas y no poco fantasiosas, Ludwig Bemelmans nos
abre las puertas del fabuloso Hotel Splendide, trasunto apenas disimulado del Ritz
de Nueva York, donde trabajó como camarero en los años de euforia y desenfreno
previos al crac del veintinueve. En una serie de viñetas dignas de una película de
los hermanos Marx, Bemelmans inmortaliza a los limpiadores, botones y ascensoristas que se afanan (y holgazanean) en los suntuosos vestíbulos y salones donde
se divierte lo más granado de la sociedad neoyorquina. Un mundo de jerarquías
sociales tan rígidas como porosas, habitado por personajes inolvidables como
Monsieur Victor, el despótico maître dhotel; Mespoulets, serio candidato a «peor
camarero del mundo»; o Kalakobé, el alegre friegaplatos que evoca las leyendas de
su África natal. Publicado en 1941 y convertido con el tiempo en un clásico, Hotel
Splendide aporta un contrapunto irónico y desenfadado al canon literario de los
locos años veinte, cuya mitología literaria tanto debe a autores como Hemingway
y Scott Fitzgerald: el del personaje secundario, el observador discreto y sagaz que
toma notas mientras a su alrededor suena la música y fluye el champán