Para las polifacéticas Hannah Höch y Lu Märten, las reflexiones sobre estética, política o sociología solían ir acompañadas de un gato ovillado en el regazo y un ramo de flores sobre la mesa. La honestidad, el lirismo y el sentido del humor caracterizan su pensamiento agudo y su escritura, sin tapujos a la hora de visibilizar temas que, a un siglo de distancia, siguen siendo de plena actualidad.
En el centro de sus preocupaciones están la situación de las mujeres en el arte y en la sociedad, la precariedad, la aventura de dedicarse a trabajos de creación y la importancia que ambas conceden a la actividad artística en el contexto de la lucha por unas condiciones vitales más amables y justa.