RUBIANO, BELEN
Un día de principios de otoño de 2001, la luz de una pequeña y recóndita librería de la plaza del Rialto de Sevilla se apagó, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente.
Su fundadora había empezado a vender libros diez años antes, en otras librerías, donde aprendió muchas cosas, además de su oficio.
En la sucesión de vivencias que conformas estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocación que le llevó a establecerse como librera en una esquina de un mapa. Y lo hace con cándida sinceridad, porque salvo la satisfacción de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principios que nada es como había soñado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones pero también hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegrías.
Ante todo, la valía de estas páginas, que el lector recorrerá entre la carcajada libre y la más sincera empatía, reside en la vitalidad y el personalísimo estilo con el que Rubiano nos habla de su particular devoción por los libros.